sábado, 22 de septiembre de 2012
CAPÍTULO 1 "Cristianismo Pagano"
CAPÍTULO 1
El Orden del Culto
Mañanas de Domingo Inconmovibles
La costumbre sin verdad es error envejecido.
Tertuliano
Como cristiano que asiste a una iglesia contemporánea, usted sigue el mismo orden del culto cada vez que asiste a la iglesia. No importa a qué variante de protestantismo pertenezca –bautista, metodista, reformado, presbiteriano, evangélico libre, Iglesia de Cristo, Discípulos de Cristo, Alianza Cristiana y Misionera, pentecostal, carismático o independiente–, su culto dominical es prácticamente idéntico al de todas las demás iglesias protestantes.
Aun entre las llamadas denominaciones “de vanguardia” (como Vineyard y Calvary Chapel) las variaciones son menores. Es cierto que algunas iglesias usan canciones contemporáneas mientras otras usan Himnos. En algunas iglesias los asistentes alzan las manos. En otras, las manos nunca suben más allá de la cintura.
Algunas iglesias celebran la Cena del Señor semanalmente; otras, trimestralmente. En algunas iglesias, la liturgia (el orden del culto) está impresa en un boletín. En otras, no hay una liturgia escrita, pero es tan mecánica y previsible como si estuviera impresa. A pesar de estas variaciones menores, el orden del culto es esencialmente el mismo en todas las iglesias protestantes del mundo.
En la congregación a la que asistí hasta el último día de la década de los noventa, se sabía cuánto iba de culto y cuánto faltaba simplemente observando lo que ocurría en la plataforma. No había manera de equivocarse ya que los tiempos y las acciones siempre eran las mismas.
El orden del culto de la mañana de domingo
Quite las modificaciones superficiales que diferencian el culto de cada iglesia y encontrará la misma liturgia prescrita. Tiene este aspecto:
Hay tres excepciones a este punto. Los Hermanos Libres o Hermanos de Plymouth (tanto abiertos como cerrados) tienen una liturgia limitada donde los asistentes pueden compartir libremente hasta cierto punto al principio del culto. Sin embargo, el orden del culto es el mismo todas las semanas. Los cuáqueros de la vieja escuela tienen una reunión abierta donde los participantes tienen una actitud pasiva hasta que alguien es “iluminado”, luego de lo cual comparten. La otra excepción son los protestantes de la “iglesia alta”. Son quienes retienen los “olores y campanas” de una elaborada misa católica.
La palabra “liturgia” viene de la palabra griega leitourgia, que significa ‘servicio público’. Los cristianos la usaron para referirse al ministerio público a Dios. Por lo tanto, una liturgia es simplemente un servicio de adoración o un orden del culto establecido previamente. Leitourgia se refería a la realización de una tarea pública esperada de los ciudadanos de la antigua Atenas. Era el cumplimiento de obligaciones civiles.
El saludo.
(Al ingresar al edificio, usted es saludado por un ujier o una persona designada oficialmente como saludadora, ¡Que debe estar sonriendo! Después se le entregará un boletín u hoja de anuncios. Nota: Si usted pertenece a la denominación Vineyard, podría recibir café y rosquillas mientras ocupa su asiento.)
La oración o lectura bíblica. (Generalmente a cargo del pastor o director de canto.) El servicio de canto. (La congregación es guiada a cantar por un líder de canto profesional, un coro o un equipo de adoración. Si usted forma parte de una iglesia de estilo carismático, esto durará generalmente entre 30 y 45 minutos. En caso contrario, será más corto.)
Los anuncios. (Generalmente dados por el pastor o algún otro líder de la iglesia.) La ofrenda. (A veces llamado “el ofertorio”, suele ser acompañada por música especial del coro, el equipo de adoración o un solista.)
El sermón.
(Generalmente una disertación de 30 a 45 minutos dada por el pastor.) Una o más de las siguientes actividades posteriores al sermón: Una oración pastoral después del sermón, Un llamado, Más cantos dirigidos por el coro o el equipo de adoración, La Cena del Señor, Oración por los enfermos o afligidos. Anuncios finales. (Generalmente dados por el pastor o un “laico” afortunado que puede hablar.)
La bendición.
(Esta es la bendición o canción que pone fin al culto.) Con algunos reordenamientos menores, esta es la liturgia ininterrumpida que siguen religiosamente, semana tras semana, unos 345 millones de protestantes en todo el mundo.
Y, durante los últimos quinientos años, nadie parece haberla cuestionado.
Vuelva a mirar el orden del culto. Note que contiene una estructura triple: (1) el canto, (2) el sermón y (3) la oración o canto de cierre. Este orden del culto es considerado como sacrosanto a los ojos de la mayoría de los cristianos contemporáneos. Pero, ¿por qué? Simplemente por el poder colosal de la tradición. Ver el capítulo 2 para una discusión completa de las raíces del sermón. Al momento de escribir esto hay 345.855.000 protestantes en el mundo: 70.164.000 en Norteamérica y 77.497.000 en Europa.
Un erudito define a la tradición como ‘prácticas de culto y creencias heredadas que demuestran continuidad de generación en generación’. Hemos heredado esta liturgia a través de una tradición consistente y en evolución. Y esa tradición ha congelado el orden del culto de la mañana de domingo durante cinco siglos, ¡para nunca más ser cambiada!
¿De dónde surgió el orden del culto protestante? Los pastores que acostumbran decir a su congregación que “hacemos todo según el Libro” y siguen practicando esta férrea liturgia están simplemente equivocados.
(Reconozco que esto es por ignorancia más que un claro engaño.) Usted puede recorrer su Biblia de punta a punta, y no encontrará nada que se le parezca. Esto se debe a que los cristianos del primer siglo lo desconocían por completo. ¡De hecho, el orden del culto protestante tiene casi tanto apoyo bíblico como la misa católico romana! Ninguno de los dos tiene punto de contacto alguno con el Nuevo Testamento.
En Reconsiderando el Odre describo las reuniones de la iglesia primitiva. Estas reuniones se caracterizaban por el funcionamiento de cada miembro, la espontaneidad, la libertad, la vivacidad y la participación abierta. Era un encuentro fluido, y no un ritual estático. Y era imprevisible, a diferencia del culto de la iglesia contemporánea.
Además, la reunión de iglesia del primer siglo no seguía el modelo de los cultos de la sinagoga judía, como han sugerido algunos autores recientes. En cambio, era completamente única para la cultura. La misa medieval es una mezcla de elementos romanos, galos y francos Todos los aspectos ceremoniales de la misa, como el incienso, las velas y la disposición del edificio fueron adoptados de la corte ceremonial de los emperadores romanos.
En el capítulo 1 de Reconsiderando el Odre describo detalladamente una reunión de iglesia del primer siglo. Este estilo de reunión está siendo seguido hoy en una escala muy pequeña. Si bien esta clase de reuniones son consideradas muchas veces como radicales y revolucionarias por el cristianismo establecido, no son más radicales o revolucionarias que la iglesia del primer siglo.: Bradshaw argumenta en contra de la idea de que el cristianismo del primer siglo heredó sus prácticas litúrgicas del judaísmo.
Señala que esta idea surgió alrededor del siglo XVII. David Norrington dice: “Tenemos poca evidencia que sugiera que los primeros cristianos intentaron perpetuar el estilo de la sinagoga”. Además, la sinagoga judía fue un invento humano. Algunos estudiosos creen que la sinagoga fue creada durante la cautividad babilónica (sexto siglo a.C.), cuando el culto en el templo de Jerusalén era una imposibilidad.
Otros creen que las sinagogas surgieron más tarde, en el tercer o segundo siglo a.C., con el surgimiento de losfariseos. Aun cuando la sinagoga se convirtió en el centro de la vida judía luego de que el templo de Jerusalén fuera destruido en el año 70 d.C., no hay ningún antecedente en el Antiguo Testamento (ni divino) para una institución de este tipo Además, la inspiración arquitectónica para la sinagoga fue pagana.
Entonces, ¿de dónde surgió el orden del culto protestante? Tiene sus raíces principales en la misa católica. Es significativo que la misa no se originó en el Nuevo Testamento. Más bien, surgió del antiguo judaísmo y el paganismo. Según el famoso historiador Will Durant, la misa católica estaba “basada en parte en el servicio del templo judaico, en parte en los rituales de purificación de los misterios griegos, el sacrificio vicario y la participación...”
Gregorio Magno (540-604) fue el responsable de dar forma a la misa medieval. Gregorio era un hombre increíblemente supersticioso, cuyo pensamiento estaba influido por conceptos mágicos paganos. Encarnaba la mente medieval, una cruza entre el paganismo, la magia y el cristianismo. No es casual que Durant llame a Gregorio “el primer hombre completamente medieval”. La misa medieval reflejaba la mente de su padre, Gregorio. Era una mezcla de rituales paganos y judaicos salpicados de teología católica y vocabulario cristiano.
Durant señala que la misa estaba profundamente impregnada del pensamiento mágico pagano así como del teatro griego. Escribe: “La moribunda mente griega revivió transmigrada en la teología y liturgia de la iglesia; el idioma griego, que había reinado durante siglos sobre la filosofía, se convirtió en el vehículo de la literatura y el ritual cristiano; los misterios griegos fueron transferidos al misterio impresionante de la misa”.
En realidad, la misa católica que surgió entre el cuarto y sexto siglo fue básicamente pagana. Los cristianos adoptaron la vestimenta de los sacerdotes paganos, el uso del incienso y el agua bendita en los ritos de purificación, las velas encendidas en el culto, la arquitectura de la basílica romana para sus edificios de iglesia, la ley de Roma como base de la “ley canónica”, el título Pontifex Maximus para el obispo principal y los rituales paganos para la misa católica.
La palabra “misa”, que significa ‘despedida’ (missa, dismissio) de la congregación, se convirtió a fines del cuarto siglo en la palabra para el servicio de adoración que celebraba la Eucaristía. La historia del origen de la misa está mucho más allá del alcance de este libro. Basta decir que la misa fue esencialmente una mezcla del resurgimiento del interés de los gentiles en el culto de la sinagoga y la influencia pagana que data del cuarto siglo.
Las importantes reformas de Gregorio dieron forma a la misa católica de todo el período medieval, hasta laReforma. Philip Schaff reseña las diversas liturgias católicas, que alcanzaron su punto culminante en la liturgia deGregorio, que dominó la iglesia latina por siglos y fue ratificada por el Concilio de Trento. Gregorio fue también quien desarrolló y popularizó la doctrina católica del “purgatorio”, si bien la extrajo de varios comentarios especulativos de Agustín.
De hecho, Gregorio hizo de las enseñanzas de Agustín la teología fundamental de la iglesia de Occidente.“Agustín”, dice Paul Johnson, “fue el genio oscuro del cristianismo imperial, el ideólogo de la alianza entre iglesia y estado, y el creador de la mentalidad medieval. Después de Pablo, que proveyó la teología básica, hizo más para dar forma al cristianismo que cualquier otro ser humano”. Durant dice que la teología de Agustín dominó la filosofía católica hasta el siglo XIII. Agustín también le dio un tinte neoplatónico.
Cuando nacieron varias denominaciones protestantes, todas ayudaron a remodelar la liturgia católica aportándole un elemento característico. Este es un periplo complejo y enormemente vasto para describir. Su tratamiento riguroso requeriría un volumen enorme. En este capítulo haremos una reseña de la historia básica.Después de que Gregorio estableciera la misa en el siglo sexto, quedó grabada a fuego y varió poco durante más de mil años. Pero, el estancamiento litúrgico experimentó su primera revisión cuando Martín Lutero (1483-1546) entró en escena.
El aporte de Lutero
En 1520 Lutero lanzó una violenta campaña contra la misa católico romana. El punto culminante de la misa siempre ha sido la Eucaristía, también conocida como la “Comunión” o “la Cena del Señor”. Todo está centrado en ese momento mágico en que el sacerdote parte el pan y lo entrega al pueblo, y todo conduce a ese momento. Para la mente católica medieval, la ofrenda de la Eucaristía era un nuevo sacrificio de Jesucristo. Tan atrás como Gregorio Magno (540-604), la iglesia católica enseñaba que Jesucristo es sacrificado nuevamente a través de la misa.
Lutero fustigó (a menudo groseramente) las mitras y báculos de los papistas y su enseñanza sobre la Eucaristía. El error cardinal de la misa, dijo Lutero, era afirmar que era una “obra” humana, basándose en un entendimiento incorrecto del sacrificio de Cristo. James F. White describe nueve tradiciones litúrgicas dentro del campo protestante en su libro Protestant Worhip: Traditions in Transition (Louisville: Westminster/John Knox Press, 1989). Frank C. Senn ha hecho un tratamiento técnico de la historia de las liturgias católicas y evangélicas en suinfluyente obra Christian Liturgy: Catholic and Evangelical (Minneapolis: Fortress Press, 1997). Junto a la obra de Senn está la gigantesca obra de Gregory Dix, The Shape of Liturgy (Continuum Publishing House, 2000). ¡Ambos libros tienen más de 700 páginas!
La misa moderna ha cambiado poco en los últimos 400 años. La forma que se usa hoy fue instituida en el Misal Romano: Sacramentario y Leccionario, de 1970. Aun así, la misa del siglo sexto se asemeja a la misa actual. Esta campaña fue articulada en el tratado radical de Lutero, La cautividad babilónica de la Iglesia. Este libro fue una bomba que cayó sobre el sistema católico romano, cuestionando la teología central detrás de la misa católica. En La cautividad babilónica de la Iglesia, Lutero atacó las siguientes tres características de la misa: 1) Privar de la copa a los laicos, 2) La transubstanciación (la creencia de que el pan y el vino se convierten en el cuerpo y sangre reales de Cristo) y 3) El concepto que la misa es una obra humana ofrecida a Dios como un sacrificio de Cristo.
Si bien Lutero rechazaba la transubstanciación, no obstante creía que la “verdadera presencia” del cuerpo y la sangre de Cristo están dentro, con y bajo los elementos del pan y el vino. Esta creencia se llama “consubstanciación”. En La cautividad Lutero también negó los siete sacramentos, aceptando solamente tres: bautismo, penitencia y el pan. Lutero eliminó posteriormente la penitencia como sacramento.
Desde este trabajo y de otros referidos a Martin Lutero, podemos observar con ojos de creyentes maduros actuales, que este reformador de alto prestigio en el protestantismo mundial, se dejó llevar en muchas ocasiones por impulsos ciento por ciento carnales, por encima de espirituales.
La palabra “Eucaristía” viene de la palabra griega eucharisteo, que quiere decir “dar gracias”. Aparece en 1 Corintios 11:24. Allí se nos dice que Jesús tomó el pan, lo partió y “dio gracias”. Los cristianos post apostólicos se referían a la Cena del Señor como la “Eucaristía”. Lutero puso por escrito sus revisiones litúrgicas en un tratado llamado La forma de la misa... Note que los teólogos católicos más recientes (en los últimos 70 años) han dicho que la misa es una re-presentación de un único sacrificio en vez de un sacrificio nuevo, como lo hacía la iglesia católica medieval.
Era habitual la referencia a la Eucaristía como una “oblación” o “sacrificio” del tercer al quinto siglo. Loraine Boettner ha detallado los errores de Así que en 1523 Lutero propuso sus propias revisiones de la misa católica. Estas revisiones son el fundamento de todo el culto protestante. El corazón de las revisiones fue que Lutero convirtió a la predicación en el centro de la reunión, en vez de la Eucaristía.
Por consiguiente, en el culto protestante moderno el elemento central es el púlpito, en vez de la mesa de altar. (La mesa de altar es donde se coloca la Eucaristía en las iglesias católicas.) A Lutero le corresponde el crédito por hacer del sermón el punto culminante del culto protestante. Estas son sus palabras: “Una congregación cristiana nunca debe reunirse sin la predicación de la Palabra de Dios y la oración, no importa cuán brevemente”... “la predicación y la enseñanza de la Palabra de Dios es la parte más importante del servicio divino”.
La creencia de Lutero en la centralidad de la predicación como marca distintiva del culto de adoración ha permanecido hasta el día de hoy. Sin embargo, no tiene ningún precedente bíblico. Como dijo un historiador: “El púlpito es el trono del pastor protestante”. Por esta razón, los ministros protestantes ordenados son llamados generalmente“predicadores”.
Yo mismo he aprendido, creído y enseñado esto durante años. Estuve totalmente convencido que el centro de un culto era la predicación. ¿Error? Sí, pero no por culpas ajenas, sino por falta de responsabilidad mía de no obedecer el mandato de escudriñar las escrituras que Dios mismo nos dejó a todos.
Pero, aparte de estos cambios, la liturgia de Lutero difería poco de la misa católica. Él intentó salvar simplemente lo que consideraba que eran los elementos “cristianos” del antiguo orden católico. Por consiguiente, si uno compara el orden del culto de Lutero con la misa católica medieval en el capítulo 8 de su libro Roman Catholicism (Phillipsburg: The Presbyterian and Reformed Publishing Company, 1962): Su nombre en latín fue Formula Missae.Protestant Worship: Traditions in Transition, pp. 36-37. 27 Ibid. pp. 41-42.
Si bien Lutero tenía una visión muy elevada de la Eucaristía, despojó a la misa de todo lenguaje sacrificial, y sólo mantuvo a la Eucaristía misma. Creía fuertemente tanto en la Palabra como en el Sacramento. Así que su Misa Alemana adoptó la predicación y la santa comunión. Algunas iglesias “litúrgicas” de la tradición protestante aún tienen una mesa de altar cerca del púlpito. Antes de la Edad Media, tanto el sermón como la Eucaristía ocupaban un lugar destacado en la liturgia cristiana. Sin embargo, el sermón sufrió una fuerte declinación durante el período medieval.
Muchos sacerdotes carecían de la instrucción como para predicar, y otros elementos fueron quitándole el lugar a la predicación de la Escritura... Gregorio Magno intentó restaurar el lugar del sermón en la misa. Sin embargo, sus esfuerzos fracasaron. Recién en la Reforma el sermón ocupó un lugar central en el culto. Lutero realizaba tres cultos eldomingo a la mañana. Todos iban acompañados por un sermón. Roland Bainton contó 2.300 sermones existentes predicados por Lutero durante su vida.
Lutero aún seguía el Rito Occidental. La principal diferencia fue que eliminó las oraciones del Ofertorio y las oraciones del Canon luego del Sanctus que hablaba de las ofrendas. En resumen, Lutero tachó de la misa todo lo que tuviera olor a “sacrificio”. Él, junto con los demás reformadores, quitó gran parte de los elementos decadentes de la misa del bajo medioevo. Lo hicieron presentando la misa en el lenguaje vernáculo común, incluyendo los cantos congregacionales (cánticos y corales para los luteranos; salmos métricos para los reformados), dando un lugar central al sermón y permitiendo a los asistentes participar en la santa comunión.
El reformador alemán Carlstadt (1477-1541) era más radical que Lutero. Durante la ausencia de éste, Carlstadt abolió la misa por completo, destruyendo los altares junto con las imágenes. la liturgia de Gregorio, ¡son prácticamente iguales! Básicamente, Lutero reinterpretó gran parte del ritual de la misa. Pero mantuvo la ceremonia, creyendo que era apropiada. Por ejemplo, Lutero retuvo el acto que marcaba el punto culminante de la misa católica, el momento en que el sacerdote levantaba el pan y la copa y los consagraba. Meramente reinterpretó el significado de este acto.
La práctica de elevar el pan y la copa para consagrarlos empezó en el siglo XIII. Es una práctica basada principalmente en la superstición. Sin embargo, sigue siendo observada por muchos pastores hoy. De igual forma, Lutero hizo una cirugía mayor a la oración eucarística, reteniendo solamente las “palabras de institución” de 1 Corintios 11:23 en adelante: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan... y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo... Al día de hoy, los pastores protestantes recitan religiosamente este texto antes de administrar la comunión.
¡Al final, la liturgia de Lutero no era más que una versión truncada de la misa católica! Y estaba plagado de los mismos problemas obvios: Los asistentes seguían siendo espectadores pasivos (sólo que ahora podían cantar) y toda la liturgia seguía estando dirigida por un clérigo ordenado (el pastor había reemplazado al sacerdote). Según las propias palabras de Lutero: “Ni ahora ni nunca ha sido nuestra intención abolir el servicio litúrgico de Dios completamente, sino más bien purificar la que está en uso actualmente de las desdichadas adiciones que la corrompen...”
Sucede algo similar, hoy, con aquellos que salen de las babilonias y pretenden armar iglesias en sus casas. Terminan elaborando cultos idénticos a los que han visto mil veces realizar y, obviamente, se convierten muy a su pesar, en pequeñas babilonias falsas.
Trágicamente, Lutero no se dio cuenta de que el nuevo vino no puede volver a envasarse en odres viejos. Enningún momento demostró (ni ningún otro de los principales reformadores) un deseo de
volver a las prácticas de la iglesia del primer siglo. Estos hombres se propusieron meramente reformar la teología de la iglesia católica.
En resumen, los principales cambios duraderos que Lutero hizo a la misa católica fueron los siguientes: 1) Realizó la misa en el idioma de la gente, 2) Asignó al sermón un lugar céntrico en la reunión, 3) Introdujo el canto congregacional, 4) Eliminó la idea de que la misa era un sacrificio de Cristo, y 5) Permitió que la congregación tomara del pan y la copa (en vez de sólo el sacerdote, como ocurría en la práctica católica). Fuera de estas diferencias, ¡Lutero mantuvo el mismo orden del culto que el que se encuentra en la misa católica!
Frank Senn ha escrito la antigua liturgia católica en su libro (Christian Liturgy, p. 139). que Lutero hasta retuvo la palabra “misa”, que llegó a significar la totalidad del culto (p. 486). Lutero señaló el ceremonial de las cortes de los reyes, y creía que debía ser aplicado a la adoración de Dios. El capítulo 3 de este libro muestra cómo el protocolo imperial se introdujo en la liturgia cristiana durante el cuarto siglo, con el reinado de Constantino. Cuando el sacerdote católico levantaba el sacramento, lo hacía para inaugurar el sacrificio.
Lutero retuvo el orden básico de la misa medieval junto con los aspectos ceremoniales de las luces, el incienso y las vestimentas... Irónicamente, Lutero insistía en que su Misa Alemana no debería ser adoptada legalistamente, y que debía descartarse si quedaba desactualizada. Trágicamente, esto nunca ocurrió. ¡Las tradiciones se resisten demasiado a morir!
Lutero, un amante de la música, hizo de la música una parte clave del culto. Lutero era un genio musical. Estaba tan dotado musicalmente que los jesuitas decían que sus canciones “destruyeron más almas que sus escritos y predicaciones”. No es sorprendente que uno de los mayores talentos musicales en la historia de la iglesia fuera luterano. Su nombre fue Juan Sebastián Bach.
Aun peor, aunque Lutero hablaba mucho del “sacerdocio de todos los creyentes”, nunca abandonó la práctica de un clero ordenado. De hecho, tan fuerte era su creencia en un clero ordenado que escribió: “El ministerio público de la Palabra debe ser establecido por ordenación santa como la mayor y más elevada de las funciones de la iglesia”. Bajo la influencia de Lutero, el pastor protestante simplemente reemplazó al sacerdote católico. Y, por lo general, había poca diferencia práctica en la forma en que funcionaron estos dos cargos. Este sigue siendo el caso, como veremos más adelante.
A continuación aparece el orden del culto de Lutero. El bosquejo general debería resultarle muy conocido, ya que es la raíz principal de su servicio de iglesia de la mañana del domingo. Canto – Oración - El sermón - Exhortación al pueblo - La Cena del Señor – Canto - Oración después de la Comunión - La bendición –
El aporte de Zwinglio.
Con la llegada de la imprenta de Gutenberg (alrededor de 1450), la producción masiva de libros litúrgicos aceleró los cambios que los reformadores intentaban efectuar en la liturgia. Estos cambios ahora fueron puestos en tipos móviles e impresos en grandes cantidades.
El sacerdote administraba siete sacramentos, en tanto que el pastor solamente administraba dos (el bautismo y la Eucaristía). Sin embargo, se consideraba que ambos, el sacerdote y el pastor, tenían la autoridad exclusiva para proclamar la Palabra de Dios. Para Lutero, el uso de vestimentas clericales, velas en el altar y la actitud del ministro mientras oraba no eran importantes. Pero, si bien para él no eran importantes, aconsejó mantenerlos. De ahí que sigan estando con nosotros hoy. Ver el capítulo 4. Esta liturgia fue publicada en su Misa Alemana y el Orden del Servicio Divino, en 1526. Christian Liturgy, pp. 282-283.
Note que el sermón era a la vez precedido y seguido por canto y oración. Lutero creía que colocar el sermónentre canciones lo fortalecía y brindaba una respuesta devocional a él. La mayoría de las canciones que se cantaban en la Misa Alemana de Lutero era versificaciones de cánticos litúrgicos en latín y credos. (La versificación es poner en verso un texto en prosa.) Lutero tiene a su favor que escribió unos 36 himnos y era un genio en cuanto a tomar canciones contemporáneas y redimirlas con letras cristianas. Él decía: “¿Por qué dejar que el diablo tenga todas las buenas melodías?”.
Esto mismo, hoy, está mal visto. Porque se dice, -a mi juicio con buen tino-, que lo que interesa de una composición musical no es tanto ni el sonido de su música ni el contenido de su letra. Lo que realmente importa es la fuente de la inspiración.
Ahí es donde nace el ejemplo doméstico dado en muchas iglesias: ¿Es considerado tema cristiano uno compuesto por Marcos Witt y cantado por Michel Jackson, o uno compuesto por el rey del pop y cantado por Marcos?
El reformador suizo Ulrico Zwinglio (1484-1531) hizo algunas reformas propias que ayudaron a dar forma al orden del culto de hoy. Reemplazó la mesa de altar por algo llamado “la mesa de la comunión”, desde donde se administraba el pan y el vino. También hizo que el pan y el vino fueran llevados a la gente en sus bancos usando bandejas de madera y copas. La mayoría de las iglesias protestantes todavía tienen una mesa de este tipo.Generalmente, tiene dos velas encima, ¡una costumbre que vino directamente de la corte ceremonial de los emperadores romanos! Y la mayoría lleva el pan y la copa a la gente sentada en sus bancos.
Zwinglio también recomendó que la Cena del Señor fuera celebrada trimestralmente (cuatro veces al año). Esto era en oposición a hacerlo semanalmente, como proponían los demás reformadores. Muchos protestantes siguen la celebración trimestral de la Cena del Señor hoy. Algunos la realizan mensualmente. También Zwinglio recibe el crédito por defender el punto de vista “conmemorativo” de la Santa Cena. Este punto de vista es abrazado por el protestantismo estadounidense dominante, que dice que el pan y la copa son meros símbolos del cuerpo y la sangre de Cristo. Sin embargo, aparte de estas novedades, la liturgia de Zwinglio no difería mucho de la de Lutero. Como Lutero, Zwinglio enfatizó la centralidad de la predicación. A tal punto, que él y sus colegas predicaban tan frecuentemente como las noticias de la televisión: ¡Catorce veces a la semana!
El aporte de Calvino y compañía
Los reformadores Juan Calvino (1509-1564), Juan Knox (1513-1572), y Martín Bucero (1491-1551) contribuyeron a dar forma a la liturgia. Estos hombres crearon sus propios órdenes de culto entre 1537 y 1562. Aun cuando sus liturgias eran observadas en diferentes partes del mundo, eran prácticamente idénticas. Simplemente hicieron unos pocos ajustes a la liturgia de Lutero. El más notable era la colecta de dinero que seguía al sermón.
Sobre este punto, Frank Senn escribe: “En las iglesias reformadas, el púlpito dominaba el altar tan completamente que, con el tiempo, el altar desapareció y fue reemplazado por una mesa usada para la santa comunión sólo unas pocas veces al año. La predicación de la Palabra dominaba el servicio. Se ha interpretado esto como una consecuencia del denominado redescubrimiento de la Biblia. Pero el redescubrimiento de la Biblia fue por elinvento de la imprenta, un fenómeno cultural”.
El punto de vista de Zwinglio era más complejo que esto. Sin embargo, su idea de la Eucaristía no era tan“elevada” como la de Calvino o Lutero. Zwinglio es el padre de la idea protestante moderna de la Cena del Señor. Por supuesto, su punto de vista no sería representativo de las iglesias protestantes “litúrgicas”, que celebran tanto la Palabra como el Sacramento semanalmente. El orden del culto de Zwinglio aparece en Christian Liturgy, pp. 362-364.
Estas liturgias se usaron en Estrasburgo, Alemania (1537), Ginebra, Suiza (1542) y Escocia (1562). La colecta era limosnas para los pobres. Calvino escribió: “Ninguna asamblea de la iglesia debe ser realizada sin que la Palabra sea predicada, se ofrezcan oraciones, se administre la Cena del Señor y se den limosnas”.
Como Lutero, Calvino enfatizó la centralidad de la prédica durante el servicio de adoración. El creía que cada creyente tenía acceso a Dios a través de la Palabra predicada en vez de a través de la Eucaristía. Gracias a su genio teológico, la prédica en la iglesia de Calvino en Ginebra fue fuertemente teológica y académica. También fue sumamente individualista, una característica que nunca abandonó el protestantismo.
La iglesia de Calvino en Ginebra fue exhibida como modelo para todas las iglesias reformadas. Por lo tanto, su orden del culto se extendió por todas partes. Esto explica el carácter cerebral de la mayoría de las iglesias protestantes hoy, especialmente la variante reformada y presbiteriana. Dado que los instrumentos musicales no se mencionan explícitamente en el Nuevo Testamento, Calvino eliminó el órgano de tubos y los coros. Todo canto era a capella. (Algunos protestantes modernos, como la Iglesia de Cristo, todavía siguen la rígida oposición a los instrumentos de Calvino.) Esto cambió a mediados del siglo XIX, cuando las iglesias reformadas empezaron a usar música instrumental y coros.
Sin embargo, los puritanos (calvinistas ingleses) continuaron en el espíritu de Calvino, condenando tanto lamúsica instrumental como el canto de los coros. ¡Probablemente la característica más dañina de la liturgia de Calvino era que él dirigía la mayor parte del servicio desde su púlpito! El cristianismo nunca se recuperó de esto. Hoy, es el pastor quien funciona como maestro de ceremonias y director general del culto del domingo a la mañana, ¡igual que el sacerdote en la misa católica!
No se trata simplemente de ser maestro de ceremonias del culto, también se trata del hombre alrededor del cual gira toda la potencia de la iglesia, al extremo de colocar su fotografía, (Acompañado de su familia) en tamaño gigante en la entrada del salón de eventos.
Otra característica que Calvino aportó al orden del culto es la actitud sombría que se enseña que debe adoptar la congregación al ingresar al edificio. Esta atmósfera es de un profundo sentido de auto humillación ante un Dios soberano y austero. Martín Lutero también recibe crédito por promover esta actitud. Al principio de cada servicio, hacía que se leyeran los Diez Mandamientos para crear un sentido de veneración. De esta mentalidad surgieron algunas prácticas bastante extrañas. La Nueva quería tener la Cena del Señor semanalmente, sus iglesias reformadas siguieron la práctica de Zwinglio de tomarla trimestralmente. La “Palabra”, según el uso reformado, significaba la Biblia y la palabra predicada, como una transmisión de la Palabra encarnada.
Tanto el sermón como la lectura de las Escrituras estaban conectados y eran considerados como la “Palabra”.La idea de que la predicación de la Biblia es la “Palabra de Dios” misma aparece en el Confessio Helvetica Posterior de 1566. El riguroso individualismo del Renacimiento influyó el mensaje de los reformadores. Eran un producto de su tiempo. El evangelio que predicaban estaba centrado en las necesidades individuales y el desarrollo
No era comunitario, era personal. No era comunitario, como el mensaje de los cristianos del primer siglo. Este énfasis individualista fue adoptado por los puritanos, pietistas y avivamentistas, y permeó todas las áreas de la vida y pensamiento estadounidenses.
Zwinglio, un músico él mismo, compartía la convicción de Calvino de que la música y los coros no debían formar parte del servicio de la iglesia. Para Calvino, todas las canciones debían incluir las palabras de las Escrituras del Antiguo Testamento, así que los himnos quedaron excluidos. Ésta era también la práctica del contemporáneo de Calvino, Martín Bucero.
La Inglaterra puritana era conocida por multar a los niños que sonreían en la iglesia! ¡Agregue a esto la creación del “diezmero” que despertaba a los asistentes dormidos aguijándolos con un pesado bastón! Esta forma de pensar es un retorno a visión de la piedad de fines del medioevo. Sin embargo, fue adoptado y mantenido vivo por Calvino y Bucero. Si bien muchos pentecostales y carismáticos contemporáneos han roto con esta tradición, es seguidamecánicamente en la mayoría de las iglesias hoy. El mensaje es: “¡Quédese quieto y en reverencia, porque esta es la casa de Dios!”.
Otra práctica que los reformadores retuvieron de la misa era que los clérigos caminaran a sus asientos designados al principio del servicio mientras la congregación permanecía de pie cantando. Empezó en el cuarto siglo, cuando los obispos entraban a sus magníficas iglesias-basílicas. ¡Era una práctica copiada directamente de la ceremonia de la corte imperial pagana! Cuando los magistrados romanos entraban en la sala de la corte, la gente se ponía de pie y cantaba. Es algo que se observa todavía en muchas iglesias protestantes. Pero nadie la cuestiona jamás. Al extenderse el calvinismo a través de Europa, la liturgia de Ginebra de Calvino fue adoptada en la mayoría de las iglesias protestantes. Fue transplantada y tomó raíces en muchos países. Éste es su aspecto:
Oración – Confesión - Canto (Salmos) - Oración pidiendo la iluminación del Espíritu en la prédica - El sermón - Colecta de limosnas - Oración general - Comunión (en los momentos designados) mientras se canta un Salmo –Bendición. La gente del medioevo hacía equivaler lo sombrío con la santidad y el carácter taciturno con la piedad. Encontraste, los cristianos primitivos se caracterizaban por una actitud de regocijo y alegría (Hechos 2:46; 8:8; 13:52; 15:3; 1 Pedro 1:8). En contraste, los salmos convocan al pueblo de Dios a entrar por sus puertas con gozo, alabanza y acción de gracias (Salmos 100 y otros).
Este llamado “rito de entrada” incluía una salmodia (introito), la oración de la letanía (Kyrie) y una canción de alabanza (Gloria). Fue adoptado de la ceremonia de la corte imperial. Como Constantino se consideraba el vicario de Dios en la tierra, Dios pasó a ser considerado como el Emperador del cielo. Por lo tanto, la misa se convirtió en unaceremonia realizada ante Dios y ante su representante, el obispo, al igual que el ceremonial realizado ante elEmperador y su magistrado.
El obispo, ataviado con las vestimentas de un alto magistrado, ingresaba al edificio de la iglesia en una procesión solemne precedida por velas. Entonces se sentaba en su trono especial, la sella curulis de un oficial romano. La iglesia del siglo cuarto había adoptado tanto el ritual como el sabor de la oficialidad romana en su culto. La liturgia de Ginebra era una “liturgia reformada fija usada sin variación o excepción no sólo para la celebración de los sacramentos sino para el culto habitual del domingo también”.
Debe señalarse que Calvino buscó modelar su orden del culto según los escritos de los padres de la iglesia primitiva, especialmente los que vivieron entre el tercer y sexto siglo. Esto explica su falta de claridad sobre el carácter de la reunión de la iglesia del primer siglo. Los padres primitivos del siglo III a VI eran fuertemente litúrgicos, racionalesy ritualistas. No tenían la mentalidad de un cristiano del primer siglo. Eran también más teóricos que practicantes.
Para decirlo de otra manera, los padres de la iglesia de este período representan el catolicismo incipiente (temprano). ¡Y esto es lo que Calvino tomó como su modelo principal para establecer un nuevo orden del culto! No es de extrañar que la llamada “Reforma” produjera muy poca reforma en términos de la práctica de la iglesia. Comoocurrió con el orden del culto de Lutero, la liturgia de la Iglesia Reformada “no intentó cambiar las estructuras de la liturgia oficial [católica] sino, más bien, trató de mantener la vieja liturgia mientras cultivaba devociones extralitúrgicas”.
El aporte puritano
Los puritanos eran calvinistas de Inglaterra. Adoptaron un biblicismo riguroso y buscaban seguir ajustadamente el orden del culto del Nuevo Testamento. Los puritanos creían que el orden del culto de Calvino no era suficientemente bíblico. Por consiguiente, cuando los pastores truenan diciendo que “hacen todo conforme a la Palabra de Dios”, están haciéndose eco de ideas puritanas. Pero el esfuerzo puritano por restaurar la reunión de iglesia del Nuevo Testamento terminó en un fracaso dramático. Calvino también tomó a los padres post apostólicos como su modelo para el gobierno de la iglesia. Por lo tanto, adoptó un pastorado único.
Los padres de la iglesia estaban fuertemente influidos por su cultura grecorromana. Muchos de ellos, de hecho, habían sido filósofos y oradores paganos antes de convertirse en cristianos. Como ya se dijo, esta es la razón por la que sus servicios eclesiásticos reflejaban una mezcla de formas de la cultura pagana y la sinagoga judía. Además, estudios recientes han demostrado que los escritos de los padres sobre el culto cristiano fueron hechos más tarde de lo que se suponía y han sido remozados por varias capas de tradición. Los padres de la iglesia fueron influenciados fuertemente por el paganismo y el neoplatonismo.
Dado que este estudio se centra en las contribuciones no escriturales de los reformadores, indicar suscontribuciones positivas va más allá del alcance de este libro. No obstante, sépase que el autor es muy consciente de que Lutero, Zwinglio y los demás aportaron muchas prácticas y creencias positivas a la fe cristiana. Al mismo tiempo, no lograron llevarnos a una reforma completa. La Reforma protestante fue principalmente un movimiento intelectual. Si bien la teología era radical comparada con la del catolicismo romano, apenas tocó la práctica eclesiástica. Quienes avanzaron más allá en sus reformas son conocidos como “la Reforma radical”.
La renuncia a las vestiduras clericales, ídolos, ornamentos, junto con los clérigos que escribían sus propios sermones (en contraposición a las homilías leídas) fueron aportes positivos que nos dejaron los puritanos. Sin embargo, debido a su énfasis en la oración espontánea, los puritanos también nos legaron la larga “oración pastoral” que precede el sermón. ¡Una oración pastoral en un culto puritano del domingo a la mañana podía durar fácilmente una hora o más! (Alguien dijo alguna vez que los que hacen largas oraciones en público, seguramente no oran jamás en privado).
El sermón alcanzó su apogeo con los puritanos americanos. Lo consideraban algo casi sobrenatural. ¡Y castigaban a los miembros de la iglesia que faltaban al sermón del domingo a la mañana! ¡Los residentes de Nueva Inglaterra que no asistían al culto del domingo eran multados o puestos en el cepo! (La próxima vez que su pastor lo amenace con la ira desenfrenada de Dios por faltar a la iglesia, no olvide agradecer a los puritanos.)
Vale la pena notar que en algunas iglesias puritanas se les permitía a los laicos hablar al final de culto. Inmediatamente después del sermón, el pastor se sentaba y contestaba las preguntas de la congregación. También se les permitía a los asistentes dar testimonios. Pero, con la llegada del avivamentismo de frontera, esta práctica se desvaneció, y nunca más fue adoptada por el cristianismo dominante. Con todo, la contribución puritana a la formación de la liturgia protestante hizo poco por liberar al pueblo de Dios para que funcione bajo el liderazgo de Cristo.
Como las reformas litúrgicas que lo precedieron, el orden del culto puritano era altamente previsible. Estaba escrita detalladamente y era seguida uniformemente en cada iglesia. La liturgia puritana se indica a continuación. Compárela a las liturgias de Lutero y Calvino, y notará que las características principales no cambiaron: Llamado a adorar - Oración inicial - Lectura bíblica - Canto de los Salmos - Oración antes del sermón - El sermón - Oración después del sermón. (Cuando se celebra la comunión, el ministro exhorta a la congregación, bendice el pan y la copa, y los reparte a la congregación.) Un líder puritano escribió que “la predicación de la Palabra es el Cetro del Reino de Cristo, la gloria de una nación y la carroza sobre la cual la vida y la salvación vienen montados”. Un puritano podría escuchar 15.000 horas de predicación durante su vida.
La liturgia puritana básica está contenida en una obra llamada A Directory of Public Worship of God, escrita en 1644. Esta era una revisión del Libro de Oración Común anglicano, redactado en 1549. El Directory fue usado por loscongregacionalistas y presbiterianos ingleses (no escoceses). Con el tiempo, los puritanos dieron origen a sus propias denominaciones derivadas. Algunas formaban parte de la tradición de “iglesias libres”. Las iglesias libres crearon loque se lama el “sándwich de himnos”. Tiene el siguiente aspecto:
Tres himnos - Lectura bíblica - Música del coro - Oraciones al unísono - Oración pastoral - El sermón - La ofrenda - La bendición. ¿Le resulta conocido? Le aseguro que no puede encontrarlo en el Nuevo Testamento.
Los aportes de los metodistas y del avivamentismo de frontera Los metodistas del siglo XVIII trajeron una dimensión emocional al orden del culto protestante. Se invitaba a la gente a cantar fuerte, con vigor y fervor. En este sentido, los metodistas fueron los precursores de los pentecostales. Siguiendo la estela de los puritanos, los metodistas vitalizaron la oración pastoral antes del sermón dominical. La oración clerical metodista era angustiosamente larga, y universal en su alcance.
Engullía a todas las demás oraciones, cubriendo los aspectos de la confesión, la intercesión y la alabanza. Pero lo más importante era que siempre se hacía en inglés isabelino. Aun hoy, en el siglo XXI, la oración pastoral isabelina está viva y coleando. Una gran cantidad de pastores contemporáneos siguen orando en este lenguaje anticuado, ¡Auncuando es un dialecto que ha estado muerto por 400 años! ¿Por qué? Por el poder irreflexivo de la tradición.
Los metodistas también popularizaron el culto de adoración de los domingos a la noche. El descubrimiento del gas incandescente como una forma de iluminación permitió a Juan Wesley (1703-1791) popularizar esta innovación. Hoy, muchas iglesias protestantes tienen un culto dominical a la noche, aun cuando suele tener una baja asistencia.Los descendientes del puritanismo son los bautistas, presbiterianos y congregacionalistas. La tradición denominada de “iglesias libres” incluye a los puritanos, separatistas, bautistas, cuáqueros del siglo XVII y XVIII, metodistas (fines del siglo XVIII) y los Discípulos de Cristo de principios del siglo XVIII.
La “oración pastoral antes del sermón” fue prescrita en detalle en el Westminster Directory of Worship. Los servicios de oración nocturnos eran frecuentes en la iglesia católica desde el cuarto siglo. Y los servicios vespertinos dominicales fueron una parte estable de la vida litúrgica de la catedral y la parroquia durante muchos siglos. Sin embargo, los metodistas son conocidos por llevar a la fe protestante el servicio de culto del domingo a la noche.
Los siglos XVIII y XIX trajeron un nuevo reto para el protestantismo estadounidense. Fue la presión para ajustarse a los populares cultos del avivamentismo de frontera. Durante estos dos siglos, estos cultos influyeron grandemente en el orden del culto en muchísimas iglesias, terminando por ser inyectados en la corriente sanguínea delprotestantismo estadounidense. Veamos los cambios duraderos efectuados por los avivamentistas de frontera.
En primer lugar, cambiaron la meta de la predicación. Predicaban con una meta exclusiva: la conversión de almas perdidas. Para la mente del avivamentista de frontera, el plan de Dios no involucraba nada más allá de la salvación. Este énfasis encuentra sus semillas en la prédica innovadora de George Whitefield (1714-1770). Whitefield fue el primer evangelista moderno en predicar a multitudes al aire libre. Fue el hombre que desplazó el énfasis de la prédica de los planes de Dios para la iglesia a sus planes para el individuo.
El concepto popular de que “Dios lo ama y tiene un plan maravilloso para su vida” fue introducido por Whitefield.En segundo lugar, la música del avivamentismo de frontera hablaba al alma y buscaba suscitar una respuesta emocional al mensaje de salvación. Todos los grandes avivamentistas tenían un músico en su equipo con este propósito. La adoración comenzó a ser considerada como principalmente individualista, subjetiva y emocional.
El avivamentismo estadounidense dio a luz la “sociedad misionera” a fines del siglo XVIII. Esto incluyó la Baptist Missionary Society (1792), London Missionary Society (1795), General Methodist Missionary Society (1796) y Church Missionary Society (1799).
Whitefield es llamado “el padre del avivamentismo estadounidense”. El mensaje central de Whitefield era “el nuevo nacimiento” del cristiano individual. Con esto lideró el Gran Despertar (1740-1741) en Nueva Inglaterra. En 45 días, Whitefield predicó 175 sermones. Era un orador superlativo y su voz podía ser escuchada por 30.000 personas en una reunión. Venían a escucharlo hasta 50.000 personas. Se decía que la voz de Whitefield podía escucharse a una milla de distancia sin amplificación. Y su capacidad oratoria era tal que podía hacer llorar a un público con su entonación. Sin duda Whitefield merece el crédito por recuperar la práctica perdida del ministerio itinerante. También compartió el crédito con los puritanos por restaurar la oración y la predicación extemporáneas.
El Gran Despertar bajo Whitefield estampó en el protestantismo estadounidense un carácter avivamentista eindividualista del cual nunca se ha recuperado. Finney usó a Thomas Hastings. Moody usó a Ira B. Sankey. Billy Graham continuó la tradición usando a Cliff Barrows y a George Beverly Shea. La música fue clave para promover lasmetas del avivamentismo. George Whitefield y John Wesley reciben el crédito por ser los primeros en emplear la música para inducir la convicción y una disposición a escuchar el evangelio.
Los cultos metodistas, inspirándose en las reuniones al aire libre de los avivamentistas, se convirtieron en un medio para un fin. La meta se desplazó, de adorar a Dios e instruir a los creyentes, a hacer conversos individuales. Los sermones pasaron de tratar asuntos de “la vida real” a proclamar el evangelio a los perdidos. Toda la humanidad fue dividida en dos campos irremediablemente polarizados: perdidos o salvos, conversos o inconversos, regenerados o condenados.
La teología del avivamentismo no mostraba ninguna comprensión del propósito eterno de Dios o de su plan para la iglesia. La música coral metodista estaba diseñada para ablandar el duro corazón de los pecadores. Las letras empezaron a reflejar la experiencia de salvación individual así como el testimonio personal. Charles Wesley (1707-1788) tiene el mérito de haber sido el primero en escribir himnos de invitación. Los pastores que orientan sus sermones del domingo a la mañana exclusivamente a ganar a los perdidos siguen reflejando la influencia avivamentista.
Esta influencia ha penetrado la mayor parte del evangelismo televisivo y radial actual. Muchas iglesiasprotestantes (no sólo las pentecostales y carismáticas) inician sus cultos con cantos entusiastas para preparar a la gente para el sermón, de orientación emocional. Pero pocos saben que esta tradición empezó con los avivamentistas de frontera, hace poco más de un siglo.
En tercer lugar, los metodistas y los avivamentistas de frontera dieron origen al “llamado al altar”. Esta novedad empezó con los metodistas en el siglo XVIII. Esta práctica de invitar a personas que deseaban oración a ponerse de pie y caminar al frente a recibir oración nos llegó a través de un evangelista metodista llamado Lorenzo Dow. Más tarde, en 1807, en Inglaterra, los metodistas crearon el “banco del doliente”.
Charles Wesley escribió más de 6.000 himnos. Fue el primer escritor de himnos en introducir un estilo de canto congregacional que expresaba los sentimientos y pensamientos del cristiano individual. Los bautistas son quienes más se destacan en cuanto a tener la meta de ganar a los perdidos durante el
culto del domingo a la mañana. El llamado del avivamentismo a hacer “decisiones personales” por Cristo
reflejaba y apelaba a la vez a la ideología cultural del individualismo estadounidense, así como las “nuevas medidas” reflejaban y apelaban al pragmatismo estadounidense.
El reverendo James Taylor fue uno de los primeros en llamar a los interesados al frente de su iglesia en 1785, en Tennessee. El primer uso registrado del altar con relación a una invitación pública ocurrió en 1799, en un campamento metodista en Red River, Kentucky. Finney fue un innovador en la cuestión de ganar almas y comenzar avivamientos. Usando sus denominadas “nuevas medidas”, él sostenía que no existía ninguna forma de adoración estipulada en el Nuevo Testamento.
Pero todo lo que tuviera éxito para llevar a pecadores a Cristo estaba aprobado, como los que eran invitados a recorrer “la senda de aserrín”. Este método llegó a Estados Unidos pocos años después y fue denominado “el banco ansioso” por Charles Finney (1792-1872). El “banco ansioso” se colocaba al frente, donde los predicadores se paraban sobre una plataforma levantada. Era ahí donde se invitaba a pecadores y santos necesitados a recibir las oraciones del ministro.
Finney elevó el “llamado al altar” a la categoría de bella arte. Su método consistía en pedir a los que deseaban ser salvos que se pusieran de pie y pasaran al frente. Finney popularizó este método tanto que “después de 1835, llegó a ser un componente indispensable de los avivamientos modernos”. Finney abandonó el banco ansioso luego y simplemente invitaba a los pecadores a pasar al frente por los pasillos y arrodillarse frente a la plataforma para recibir a Cristo. Además de popularizar el llamado al altar, se le atribuye a Finney la invención de la práctica de orar por las personas por nombre, movilizar grupos de obreros para hacer visitas a los hogares, y reemplazar los cultos rutinarios de la iglesia por servicios especiales cada noche de la semana.
Con el tiempo, el “banco ansioso” de la reunión al aire libre fue reemplazado por el “altar” en el edificio de iglesia. La “senda de aserrín” fue reemplazada por el pasillo de la iglesia. Y así nació el famoso “llamado al altar”. Tal vez el elemento más importante que Finney dio al cristianismo contemporáneo fue el pragmatismo. Con esto me refiero a la creencia de que, si algo funciona, debe ser
adoptado. Finney creía que el Nuevo Testamento no indicaba ninguna forma de culto prescrita. Él enseñaba que el propósito exclusivo de la prédica era ganar almas. Todo artificio que ayudara a lograr ese objetivo era aceptable.
Bajo Finney, el avivamentismo del siglo XVIII siglo se convirtió en ciencia y fue llevado a las principales iglesias. El cristianismo contemporáneo nunca se recuperó de esta ideología poco espiritual. El pragmatismo, y no el biblicismo o la espiritualidad, rigen las actividades de la mayoría de las iglesias modernas. (Las iglesias “sensibles a los buscadores” son las que más se han destacado en seguir los pasos de Finney.) El pragmatismo es dañino porque enseña que “el fin justifica los medios”. Si el fin se considera “santo”, cualquier “medio” es aceptable. Finney comenzó a usar este método exclusivamente luego de su famosa cruzada de Rochester, Nueva York, en 1830.
El primer uso que puede rastrearse históricamente del “asiento ansioso” viene de Charles Wesley: “Oh, aquel bendito asiento ansioso”. La “senda de aserrín” pasó a ser el pasillo polvoriento de la carpa del evangelista. Este uso (“tomar la senda de aserrín”) fue popularizado por el ministerio de Billy Sunday (1862-1935).
Por estas razones Charles Finney ha sido llamado “el reformador litúrgico más influyente de la historia estadounidense” La mente protestante requiere que la doctrina sea verificada rigurosamente contra las Escrituras antes de aceptarla. Pero, en cuanto a la práctica de la iglesia, ¡todo vale mientras sirva para conseguir conversos!
En todos estos aspectos, el avivamentismo de frontera estadounidense convirtió a la iglesia en un puesto de predicación. Redujo la experiencia de la ekklesia a una misión evangelística. Normalizó los métodos avivamentistas de Finney y creó personalidades del púlpito como la atracción dominante de la iglesia. También hizo de la iglesia un asunto individualista, en vez de ser algo corporativo.
En otras palabras, la meta de los avivamentistas de frontera era llevar a pecadores individuales a una decisión individual de una fe individualista. Como resultado, la meta de la iglesia primitiva –la edificación mutua y el funcionamiento de cada miembro para manifestar a Jesucristo corporativamente ante principados y potestades– se perdió completamente.
Irónicamente, Juan Wesley, uno de los primeros avivamentistas, entendió los peligros de este movimiento. Escribió: “El cristianismo es, esencialmente, una religión social... convertirlo en una religión solitaria es, sin duda, destruirlo”. El último toque que el avivamentismo de frontera agregó al orden del culto protestante fue adosar el denominado “llamado al altar” al final del sándwich de himnos.
Esta es la liturgia que domina el protestantismo estadounidense hoy. Sorprendentemente, ha cambiado poco desde la invención de la Misa Alemana de Lutero cuatro siglos antes. Con la invención de la duplicación con esténcil de Albert Blake Dick (1856-1934), en 1884, el orden del culto empezó a ser impreso en boletines.138 ¡Así nació el famoso “boletín del domingo a la mañana!”.
Y no se trata solamente del protestantismo estadounidense. En Argentina, pensar una iglesia sin tener en cuenta “el dolor por las almas que se pierden”, enseñado siempre como verdad bíblica, es todavía en este siglo veintiuno, impensable.
La imponente influencia de D. L. Moody
Las semillas del “evangelio avivamentista” fueron esparcidas por todo el mundo occidental por la colosal influencia de D. L. Moody (1837-1899).140 El evangelio de Finney creía que sus métodos avivamentistas que habían funcionado en sus reuniones en campamentos podrían ser importados a las iglesias protestantes para producir avivamiento ahí. Esta idea fue popularizada e incorporada a la mentalidad protestante a través de su libro Lectures on Revival, de 1835. Este libro vendió 1200 copias el día que llegó a las librerías.
Iain Murray señala que las reuniones de campamento bajo los metodistas fueron las precursoras de las técnicas evangelísticas sistemáticas de Finney. En su concepción correcta, la meta de la predicación no es la salvación de almas. Es el nacimiento de la Iglesia. Como dice un erudito: “La conversión sólo puede ser el medio; la meta es la extensión de la iglesia visible”.
El erudito D. J. Tidball se ha hecho eco del mismo pensamiento al decir: “El interés primordial de Pablo no era la conversión de individuos sino la formación de comunidades cristianas. Los avivamentistas de frontera no tenían ningún concepto de la ekklesia.
Las liturgias escritas aparecieron en el cuarto siglo. Pero no fueron puestas en forma de boletín hasta el siglo XIX. El evangelio de Moody, como el de Whitefield, tenía un solo foco: salvación para el pecador. Todos los demás fines eran secundarios. La técnica de predicación de Moody estaba dominada por este único interés. Él inventó el himno cantado por un solista luego del sermón del pastor. Un solista cantaba el himno de invitación hasta que George Beverly Shea sugirió que lo hiciera un coro. Shea instó a Billy Graham a emplear a un coro para cantar canciones como “Tal como soy” mientras la gente pasaba al frente para recibir a Cristo.
Moody nos legó la testificación casa por casa junto con la publicidad y las campañas evangelísticas. Él nos dio la “canción evangelística” o el “himno evangelístico”. Y él popularizó la “tarjeta de decisión”, un invento de Absalom B. Earle (1812-1895). Además, Moody fue el primero de pedir a los que querían ser salvos que se pusieran de pie para ser guiados en una “oración del pecador”. (Conclusión: no sé tú, pero yo puedo decir que he vivido una gran parte de mi vida cultivando la doctrina “moodysta”).
Unos cincuenta años después, Billy Graham mejoró la técnica de Moody. Introdujo la práctica de pedir al público que inclinara sus rostros, cerrara sus ojos (“sin que nadie alrededor mire”) y levantara la mano como respuesta al mensaje de salvación. (Todos estos métodos han encontrado una fuerte oposición en quienes sostienen que son psicológicamente manipuladoras.) (Yo decidí romper con este protocolo después de ver como un endemoniado por el cual estaban orando tomó de la corbata a un pastor y casi lo estrangula)
Para Moody, la iglesia era simplemente una asociación voluntaria para los salvos. Su influencia fue tan imponente que en 1874 podía decirse que la iglesia “no es un gran cuerpo corporativo” sino “sólo una compañía de individuos”. Este énfasis fue adoptado por todos los avivamentistas que lo siguieron. Y terminó por entrar en la médula y los huesos del cristianismo evangélico.
Moody viajó más de un millón de millas y predicó a más de 100 millones de personas. Esto fue en un tiempo sin aviones, micrófonos, televisión o Internet. Como Whitefield, Moody predicaba un evangelio individualista. Su teología se resumía en tres aspectos: arruinado por el pecado, redimido por Cristo y regenerado por el Espíritu (en inglés, las tres R: Ruined, Redeemed, Regenerated). Moody no veía nada más allá de esto.
“Cada persona que pasaba al frente firmaba un tarjeta indicando su compromiso de vivir una vida cristiana y para indicar su preferencia por una iglesia. Esta parte de la tarjeta era retenida por el obrero personal, para acordar algún tipo de seguimiento. La otra parte de la tarjeta se entregaba al nuevo cristiano como una guía para la vida cristiana”. En su 45º año de ministerio, Graham había predicado a 100 millones de personas en 85 países diferentes.
Murray distingue entre el “avivamiento”, que es una obra auténtica y espontánea del Espíritu de Dios, y el “avivamentismo”, que son los métodos humanos para obtener (al menos en apariencia) las señales de convicción, arrepentimiento y nuevo nacimiento. El uso de presiones psicológicas y sociales para lograr conversos forma parte del“avivamentismo”. Moody, junto con los predicadores del Gran Despertar como George Whitefield, apelaba fuertemente a las emociones. Estaban influenciados por la filosofía del Romanticismo, el cuerpo de pensamiento que enfatizaba
También vale la pena notar que Moody fue influenciado fuertemente por la enseñanza de los Hermanos de Plymouth sobre los últimos tiempos, que decía que Cristo podía volver en cualquier momento antes de la gran tribulación. (Esta enseñanza también se llama “dispensacionalismo pretribulacional”).153 El dispensacionalismo pretribulacional dio origen a la idea de que los cristianos debían salvar la mayor cantidad almas lo más rápido posible antes que termine el mundo.
Con la fundación del Movimiento Estudiantil Voluntario (Student Volunteer Movement) por John Mott en 1888, surgió una idea relacionada: “La evangelización del mundo en una generación”. La consigna “en una generación” sigue viva y coleando hoy en la iglesia contemporánea. Pero no condice con la mentalidad de los cristianos del primer siglo.
El aporte pentecostal
Empezando alrededor de 1906, el movimiento pentecostal nos dio una expresión más emocional del canto congregacional, que incluía manos alzadas, danzar entre los bancos, batir las palmas, hablar en lenguas y el uso de panderetas. La expresión pentecostal concordaba bien con su énfasis en la obra extática del Espíritu Santo.
Pero pocos se dan cuenta de que, si uno quitara las características emotivas del culto de una iglesia pentecostal, sería idéntico a la liturgia bautista. Por lo tanto, no importa cuán fuertemente un pentecostal diga que está siguiendo modelos del Nuevo Testamento, los pentecostales y los carismáticos siguen el mismo orden del culto que todos los demás protestantes. ¡A un pentecostal simplemente se le permite más espacio para moverse en su banco!
Otra característica interesante del culto pentecostal ocurre durante el tiempo de canto. A veces, el canto es interrumpido por una palabra ocasional en lenguas, una interpretación de lenguas o una palabra de “profecía”. Pero estas expresiones raramente duran más que un minuto o dos. Una forma de participación abierta tan escasa difícilmente pueda considerarse como “ministerio del Cuerpo”.
La tradición pentecostal también nos legó la voluntad y las emociones. Esta era una reacción al énfasis en la razón que marcó el pensamiento cristiano anterior, modelado por el Iluminismo. El énfasis de los predicadores del Gran Despertar era la respuesta sentida del individuo a Dios. La conversión llegó a considerarse como la meta suprema de las actividades divinas.
Como señalan J. Stephen Lang y Mark A. Noll, “debido a la predicación del Gran Despertar, el sentido del yo religioso se intensificó. El principio de la elección individual quedó arraigada para siempre en el protestantismo estadounidense y sigue siendo evidente hoy entre los evangélicos y muchos otros”. John Nelson Darby produjo esta enseñanza.
El origen de la doctrina pretribulacional de Darby es a la vez fascinante como llamativo. Los apóstoles se quedaron en Jerusalén durante muchos años antes de ir “hasta lo último de la tierra”, como predijo Jesús. Ellos no tenían ninguna prisa para evangelizar al mundo. De igual forma, la iglesia de Jerusalén no evangelizó a nadie durante los primeros ocho años de su vida. Ellos tampoco tenían prisa alguna para evangelizar al mundo.
Finalmente, no hay el menor susurro en ninguna de las epístolas del Nuevo Testamento donde un apóstol haya dicho a una iglesia que evangelice porque “es tarde y los días son pocos”. Los primeros cristianos no tenían ninguna prisa para evangelizar el mundo.
Esto es absolutamente cierto. Es más, la prisa tiene que ver con un reloj en la mano de los hombres que, al mismo tiempo, tienen sus ojos fijos en los días que les marca un calendario gregoriano con el que se conducen. Nadie piensa en un Dios eterno, aunque se pasen todo el tiempo hablando de Él.
Como en todas las iglesias protestantes, el sermón es el punto culminante de la reunión pentecostal. Sin embargo, en una típica iglesia pentecostal el pastor a veces “siente que el Espíritu se está moviendo”. En estos casos, suspende su sermón hasta la semana siguiente. Entonces la congregación canta y ora durante el resto del culto. Para el pentecostal, esto representa lo máximo de un gran culto de iglesia.
La forma en que suele hablarse de estos cultos especiales es fascinante. Los asistentes generalmente describen esta ruptura con la liturgia normal diciendo: “El Espíritu Santo dirigió nuestra reunión esta semana. El Pastor Suárez no llegó a predicar”. Es interesante que a nadie se le ocurre preguntar: “¿No se supone que El Espíritu Santo debe dirigir todas nuestras reuniones?”. Hmmmm...
Aun así, como resultado de haber nacido en la estela del avivamentismo de frontera, el culto pentecostal es altamente subjetivo e individualista. Para la mente del pentecostal, adorar a Dios no es un asunto corporativo, sino una experiencia individual. Con la influencia penetrante del movimiento carismático, esta mentalidad de adoración individualista ha infiltrado la vasta mayoría de las tradiciones protestantes.
Muchos ajustes y ningún cambio vital
Nuestro estudio de la historia litúrgica de los luteranos (siglo XVI), los reformados (siglo XVI), los puritanos (siglo XVI), los metodistas (siglo XVIII), los avivamentistas de frontera (siglos XVIII y XIX) y los pentecostales (siglo XX) revela un punto ineludible: ¡Durante los últimos quinientos años, el orden del culto protestante ha sufrido cambios mínimos!
En el fondo, todas las tradiciones protestantes comparten las mismas características trágicas en su orden del culto: Son celebradas y dirigidas por un clérigo, hacen del sermón el punto central y la gente es pasiva y no se le permite ministrar.
Los reformadores hicieron mucho para cambiar la teología del catolicismo romano. Pero, en términos de la práctica real, hicieron reacomodamientos menores del mobiliario litúrgico. A pesar de las muchas variedades de iglesias protestantes que han aparecido en el lienzo de la historia de la iglesia, el orden del culto de los domingos a la mañana sigue grabado a fuego. Resultado: ¡El pueblo de Dios nunca se ha liberado de la camisa de fuerza que heredó del catolicismo romano!
El Gran Despertar del siglo XVIII fijó el tono para una fe individualista, algo que era ajeno a la iglesia del primer siglo. Estados Unidos se estaba volviendo rápidamente una nación de fuertes individualistas, así que este nuevo énfasis encajaba bien con el país.
Christian Liturgy, de Frank Senn, compara una gran cantidad de diferentes liturgias a lo largo de las edades. Todo el que las compare detectará rápidamente sus rasgos comunes. Senn compara cinco liturgias escritas contemporáneas lado a lado: el Misal Romano, el Libro Luterano de Culto, el Libro de Oración Común, la liturgia metodista y el Libro de Adoración Común. ¡Las similitudes son impactantes!
Debe señalarse que algunos eruditos han intentado extraer de los escritos de los padres de la iglesia una liturgia unificada y monolítica que fuera observada por todas las iglesias. Pero los estudios recientes han demostrado que los escritos de los padres son pluriformes antes que uniformes. Esto significa que ninguno de sus escritos puede ser universalizado para que represente lo que estaba ocurriendo en todas las iglesias en un mismo sitio.
La Reforma hizo poco para cambiar la estructura de la misa católica. En palabras de un autor: “Los reformadores aceptaron, en sustancia, el antiguo patrón de culto católico… las estructuras básicas de sus cultos fueron adoptadas casi universalmente de los distintos tipos de órdenes del final del medioevo...”
Los reformadores produjeron una reforma a medias de la liturgia católica. Su contribución principal fue el cambio del foco central. En las palabras de un erudito: “El catolicismo siguió cada vez más el camino de las sectas (paganas), al hacer de un rito el centro de sus actividades, y el protestantismo siguió el camino de la sinagoga al colocar el libro en el centro de sus cultos...”
Lamentablemente, ni el catolicismo ni el protestantismo lograron hacer de Jesucristo el centro de sus reuniones. Sí, el libro reemplazó a la Eucaristía, y el pastor reemplazó al sacerdote. Pero sigue habiendo un hombre dirigiendo al pueblo de Dios, convirtiéndolo en un conjunto de espectadores silenciosos.
La centralidad del Autor del libro nunca fue recuperada tampoco. Por lo tanto, los reformadores fracasaron dramáticamente en señalar el meollo del problema original: un servicio de adoración dirigido por el clero con la asistencia de un laicado pasivo. Entonces no es sorprendente que los reformadores se vieran a sí mismos comocatólicos reformados.
Además, los descubrimientos arqueológicos han demostrado que los escritos de los padres de la iglesia no brindan una visión correcta de la iglesia del segundo y tercer siglo. Los padres de la iglesia eran los teólogos de su tiempo. No nos dan un atisbo de las creencias o prácticas de los típicos cristianos de esos tiempos. Ante Pacem: es un estudio de la evidencia arqueológica que contradice el cuadro que nos dan los padres de la iglesia de la vida eclesiástica antes de Constantino.
Según un escritor de seminario, “Snyder plantea la pregunta: Los escritos de los intelectuales del cristianismo primitivo, ¿Nos dan un retrato adecuado de la iglesia de su tiempo? Sólo hace falta hacer la pregunta para escuchar la obvia respuesta, ‘no’, de nuestros labios. ¿Acaso los intelectuales de cualquier época cuentan lo que pasa en las trincheras? ¿Describen los Barth, los Tillich o aun los Niebuhr de alguna forma cómo ha sido el cristianismo estadounidense popular del siglo veinte?
Todos sabemos que no y, sin embargo, hemos supuesto que el Nuevo Testamento y los denominados teólogos ‘patrísticos’ nos dan una descripción precisa del cristianismo de los primeros tres
siglos. En parte, por supuesto, esto se ha asumido porque hemos pensado que son las únicas fuentes que tenemos, y en gran medida esto es cierto, en lo que se refiere a documentos literarios”.
Los reformadores tradujeron y adaptaron la misa, pero asumieron muy poca responsabilidad creativa encambiarla. “Gran parte de la terminología y conceptos teológicos tradicionales [es decir, católicos] realmente forman parte del enfoque luterano también, ya que integraban el enfoque católico romano”
El capítulo 3 trata la influencia de la arquitectura eclesiástica del cuarto siglo sobre el clero activo y lacongregación pasiva. Con esta idea, Horton Davies escribe: “El paso de tres o cuatro siglos revela una gran alteración en el carácter de la adoración cristiana... En el cuarto siglo, el culto no se celebra en las casas privadas, sino en catedrales imponentes e iglesias majestuosas; no en formas de servicio libres y sencillas, sino en un culto fijo y ordenado”.
¿Qué tiene de malo este cuadro? Es lastimosamente claro que el orden del culto protestante no se originó en el Señor Jesús, los apóstoles o las escrituras de Nuevo Testamento. Esto, en sí mismo, no lo convierte en algo erróneo. Simplemente significa que no tiene ninguna base bíblica.
El uso de sillas y alfombras tejidas en reuniones cristianas tampoco tiene apoyo bíblico. Y ambos fueron inventados por paganos. Pero nadie diría que sentarse en sillas o usar alfombras está “mal” simplemente porque son invenciones postbíblicas creadas por paganos.
El hecho es que hacemos muchas cosas en nuestra cultura que tienen raíces paganas. Considere el calendario que usamos. Los días de nuestra semana y los meses de nuestro año fueron nombrados en honor a dioses paganos. Pero usar el calendario aceptado no nos hace paganos.
Sin embargo, el orden del culto dominical es un asunto distinto. Aparte de no ser bíblico y estar muy influido por el paganismo (que va en contra de lo que se predica del púlpito), es dañino espiritualmente.
Lo he dicho públicamente y se me ha mirado muy torcido por ello. Yo aprendí por guía del Espíritu Santo, que absolutamente todo lo que no emana de Dios, tenga la forma que tenga y produzca el placer que produzca, no es de Dios y, por consecuencia, como no hay grises ni neutros y el que con Él que no recoge desparrama, imagínate de donde viene.
Primeramente, el orden del culto protestante reprime la participación mutua y el crecimiento de la comunidad cristiana. Ahoga el funcionamiento del Cuerpo de Cristo al silenciar a sus miembros. No hay absolutamente ningún espacio para que usted dé una palabra de exhortación, comparta una perspectiva, inicie o introduzca una canción o dirija una oración espontáneamente. ¡No tiene más opción que quedarse sentado, portándose bien y en silencio!
Como todos los demás pobres e infelices “laicos”, usted sólo puede abrir su boca durante el canto congregacional. (Por supuesto, si es un pentecostal o carismático, tal vez se le permita dar una expresión extática durante un minuto. Pero después tiene que sentarse y quedarse callado.)
Aun cuando el compartir abiertamente en una reunión de iglesia es completamente bíblico, ¡Usted estaría rompiendo la liturgia si se atreviera a intentar algo tan inaudito! Se lo consideraría “fuera de orden” y se le daría la opción de portarse bien o marcharse.
Algunos lingüistas eruditos, como el anglicano Gregory Dix, han intentado argumentar que el Nuevo Testamento contiene un modelo primitivo de la misa. Sin embargo, un análisis cuidadoso de sus argumentos muestra que son simples intentos de leer su tradición actual en el texto bíblico.
Las primeras sillas conocidas fueron hechas en Egipto. Durante miles de años fueron usadas exclusivamente por la realeza, la nobleza, los sacerdotes y los ricos. Las sillas no fueron de uso común en el pueblo hasta el siglo XVI.
Las alfombras tejidas fueron creadas en India en el siglo XI y se difundieron por el resto del mundo oriental. La semana de siete días se originó en la antigua Mesopotamia y pasó a formar parte del calendario romano en 321 d.C. Enero (January en inglés) toma su nombre del dios romano Jano; marzo, del dios romano Marte; abril, de Aprilis, el mes sagrado de Venus; mayo, de la diosa Maia; y junio toma su nombre de la diosa Juno.
El domingo (Sunday en inglés) celebra al dios sol (Sun en inglés); el lunes (Monday) es el día de la diosa luna(Moon en inglés); el martes (Tuesday) toma su nombre del dios guerrero Tiw; el miércoles (Wednesday), del dios teutónico Wotan; el jueves (Thursday), del dios escandinavo Thor; el viernes (Friday), de la diosa escandinava Frigg; el sábado (Saturday), de Saturno, el dios romano de la agricultura.
David Norrington señala que, si bien no hay nada intrínsecamente malo en que la iglesia adopte ideas de la cultura que la rodea, el hecho que sean paganas suelen significar que son contrarias a la fe bíblica. Por lo tanto, el sincretismo y la aculturación suelen ser dañinos para la iglesia.
En segundo lugar, el orden del culto protestante sofoca el señorío de Jesucristo. Todo el servicio es dirigido por un hombre. ¿Dónde está la libertad para que nuestro Señor Jesús hable a través de su Cuerpo libremente? ¿En qué parte de la liturgia puede Dios dar a un hermano o hermana una palabra para compartir con toda la congregación? El orden del culto no permite tal cosa. Jesucristo no tiene la libertad de expresarse a través de su Cuerpo a discreción. ¡Se encuentra preso de nuestra liturgia! ¡Él también ha sido convertido en un espectador pasivo!
Es cierto que Cristo puede expresarse a través de uno o dos miembros de la iglesia, generalmente el pastor y el líder de música. Pero, esta es una expresión muy limitada. La manifestación del Señor a través de los demás miembros del Cuerpo se encuentra limitada. Por consiguiente, la liturgia protestante distorsiona al Cuerpo de Cristo, convirtiéndolo en un monstruo. ¡Se convierte en una enorme lengua (el pastor) y muchas orejas pequeñas (la congregación)! Esto violenta la visión de Pablo del Cuerpo de Cristo, en la que cada miembro funciona en la reunión de iglesia para el bien común.
En tercer lugar, para muchos cristianos el culto dominical es tremendamente aburrido. Carece de variedad y espontaneidad. Es muy previsible, muy superficial y muy mecánico. Hay poco que sea fresco o innovador. El orden del culto del domingo a la mañana es un violín de una sola cuerda que ha quedado congelado en la inmovilidad durante cinco siglos. Es el mismo espectáculo cada semana.
Dicho sin rodeos, el orden del culto encarna el poder ambiguo de la repetición. Y la repetición se vuelve rápidamente rutina, que a su vez se convierte en algo cansador, sin sentido y finalmente invisible. Las iglesias “sensibles a los buscadores” (seeker sensitive) han reconocido la naturaleza estéril del culto de iglesia moderno. En respuesta, han incorporado una gran cantidad de medios de comunicación y modernizaciones teatrales a la liturgia.
Esto se hace para comercializar el culto a las personas que no concurren a la iglesia. Utilizando la última tecnología electrónica, estas iglesias han logrado aumentar sus filas. Como resultado, han logrado la mayor participación de mercado entre todas las tradiciones protestantes de Estados Unidos. Pero, a pesar del entretenimiento adicional que ofrece, el movimiento “sensible a los buscadores” no ha podido sacarse de encima la liturgia protestante, inamovible, poco imaginativa, poco creativa, inflexible, absurdamente ritualista y pro forma.
El culto sigue estando en manos del pastor, el triple “sándwich de himnos” permanece intacto y los asistentes siguen siendo espectadores mudos (solo que ahora están algo más entretenidos.) En cuarto lugar, la liturgia protestante a la que usted asiste silenciosamente cada domingo, año tras año, en realidad obstaculiza la transformación espiritual porque: (1) alienta la pasividad, (2) limita el funcionamiento y (3) sugiere que la inversión de una hora semanal es la clave de la vida cristiana victoriosa.
1 Corintios 14:26. El Nuevo Testamento enseña que todos los cristianos deben usar sus dones como sacerdotes en funcionamiento para edificarse mutuamente cuando se reúnen (Romanos 12:3, 6; 1 Corintios 12:7; Efesios 4:7; Hebreos 10:24, 25; 13:15, 16; 1 Pedro 2:5, 9).
En palabras de Arthur Wallis: “Las liturgias, sean antiguas o modernas, escritas o no escritas, son un mecanismo humano para mantener la ruedas religiosas en movimiento haciendo lo de costumbre en vez de ejercer fe en la presencia y la operación inmediatas del Espíritu”. 1 Corintios 12:1ff.
Cada domingo usted asiste al culto para ser vendado y recargado, como el resto de los soldados maltrechos. Pero esto es algo que nunca se logra. La razón es bastante simple. El Nuevo Testamento nunca relaciona el permanecer sentado durante un ritual osificado que rotulamos erróneamente como “iglesia” con algo que tenga alguna relación con la transformación espiritual. Crecemos funcionando, y no mirando y escuchando pasivamente.
Reconózcalo. El orden del culto protestante no es bíblico, es impráctico y no es espiritual. No tiene ningún equivalente en el Nuevo Testamento. Más bien, encuentra sus raíces en la cultura del hombre caído. Ataca el corazón del cristianismo primitivo, que era informal y libre de rituales. Cinco siglos después de la Reforma, el orden del culto protestante todavía difiere poco de la misa católica, un ritual religioso que es una fusión de elementos paganos y judaicos. (Esto es lo que muchísimos siervos del Señor sin compromisos, hemos llamado en nuestros trabajos: Babilonia)
Como dijo un erudito de la liturgia: “La historia de la adoración cristiana es la del tira y afloja entre culto y cultura. Al predicar el evangelio en diferentes tiempos y lugares, los misioneros traían con ellos las formas y estilos de adoración que conocían... Como resultado, las prácticas de los populares cultos de misterio fueron empleadas a veces por la iglesia...”
En mi libro, Reconsiderando el odre, describo una reunión de iglesia al estilo del primer siglo. Yo no soy un liturgista de café. Lo que he escrito concerniente a las reuniones abiertas bajo la dirección de Cristo no es una teoría fantasiosa. He participado en este tipo de reuniones durante los últimos quince años.
Estas reuniones se destacan por una variedad increíble. No están restringidas a un modelo de culto de un hombre, dominado por el púlpito. Hay mucha espontaneidad, creatividad y frescura. La característica dominante de estas reuniones es la dirección visible de Cristo y el funcionamiento libre pero ordenado del Cuerpo de Cristo.
Para cerrar, el Nuevo Testamento no mantiene silencio respecto de cómo debemos reunirnos los cristianos. ¿Optaremos, entonces, por la tradición del hombre cuando se opone claramente a la idea de Dios para su Iglesia? ¿Seguiremos minando la dirección funcional de Cristo en aras de nuestra liturgia sacrosanta? La iglesia de Jesucristo, ¿Es columna y fundamento de la verdad o es defensora de la tradición del hombre?
La única manera de descongelar al pueblo congelado de Dios es haciendo un corte dramático con el ritual del domingo a la mañana. La otra opción es ser culpable de las palabras estremecedoras de nuestro Señor: “Ustedes han desechado los mandamientos divinos y se aferran a las tradiciones humanas”.
El propósito de la reunión de iglesia del primer siglo no era el evangelismo, el sermón, la adoración o la comunión. Más bien, era la edificación mutua a través de la manifestación de Cristo corporativamente 1 Timoteo 3:15. Marcos 7:8. Ver también Mateo 15:2-6; Marcos 7:9-13; Colosenses 2:8
Hijo de hombre, cuéntale al pueblo de Israel acerca del templo... para que se avergüencen de sus iniquidades...
Ezequiel, el profeta
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